Javier Lijo es un exproductor de televisión argentino que en el año 2002 inicio el laborioso trabajo de crear una finca ecológica respetando los principios de la permacultura en lo que hasta entonces era un terreno de pastoreo de vacas. Up In The Hill, como hoy es conocido este bastión ecológico ubicado en el punto más alto de la Isla Bastimento, en el archipiélago de Bocas del Toro, es un lugar muy visitado por turistas, lugareños y ecologistas que quieren ver de primera mano esta experiencia de buenas prácticas ambientales.
Pero lo que hoy se aprecia como un lugar lleno de flora y fauna autóctona, junto a plantaciones frutales y vegetales de lugares tan remotos como África y Asia, comenzó cuando Javier decidió seguir su pasión: el surf. Una de las olas de Bastimento, cuya ubicación se mantiene en secreto para conservar su magia, enamoró de tal manera al patagónico surfista que decidió cumplir ahí mismo su sueño de vivir en un terreno con vista a su ola favorita.
Así, emprendió la tarea de localizar un terreno en la Isla Bastimento que le permitiera cumplir su deseo de admirar a su ola cada día, a la vez que le serviría de residencia. Un terreno deforestado para el pastoreo de vacas fue el elegido por Javier para comenzar con esta loable empresa. Acaso el mismo amor por la ola que lo llevo a iniciar una nueva vida lejos de su tierra natal, fue el mismo amor que lo impulsaría por más de veinte años a revertir de forma dramática el proceso de deforestación que este terreno había sufrido.
Empíricamente, con ensayo y error, con los numerosos artículos de permacultura que tuvo que consultar, con la ayuda de los locales que conservaban la memoria intacta de como tratar esas tierras, y hasta un poco por casualidad, Javier fue transformando un terreno de pastoreo en una auténtica selva tropical. En Up In The Hill la presencia de fauna endémica como la Rana Roja o Red Frog, perezosos, aves e insectos de muchos tipo que contribuyen a la polinización, así como numerosos árboles y plantas que proliferaron de manera natural tras ser plantados los primeros ejemplares, dan fiel testimonio de que no sólo se logró reforestar sino que prácticamente se devolvieron las condiciones del bosque primario a este terreno.
Además, en la finca es posible encontrar gran variedad de plantaciones productivas de las cuales al menos dos han sabido destacar: el cacao y los cocos. Con estos dos productos Up In The Hill ha logrado ofrecer además de tours y estadías, una gama importante de productos naturales para belleza y salud, así como alimentos, todos en base mayormente a los derivados del cacao y el coco; lo que agrega literalmente un aroma muy especial al lugar.
La permacultura, como método que emplea los patrones de los ecosistemas naturales para la agricultura, construcción y hasta ingeniería, fue un término acuñado por los australianos Bill Mollison y David Holmgren en 1978. En sus palabras “es la filosofía de trabajar con, y no en contra de la naturaleza; de observación prolongada y reflexiva, en lugar de labores prolongadas e inconscientes; de entender a las plantas y los animales en todas sus funciones, en lugar de tratar a las áreas como sistemas mono-productivos”. Up In The Hill cumple con estos principios al respetar los tiempo de cosecha de cada siembra, no utilizar químicos para acelerar o retardar procesos, mezclar en sitio todos los tipos de cultivos, emplear maderas disponibles en el terreno para las construcciones y hasta aprovechar las reservas naturales de agua que dotan al lugar del vital líquido, incluso cuando en la región de Bocas del Toro escasea.
Finalmente, en este relato mal se pudiera dejar de lado a su esposa quien llegada de Escocia ha sido coparticipe en el proceso de transformación de estas tierras en uno de los pocos ejemplos de permacultura reconocibles en Panamá. Su apoyo a esta titánica labor se aprecia en cada rincón de Up In The Hill. Desde el recibimiento a los visitantes, la organización de los grupos para los tours, hasta seguramente el buen gusto con el que de forma orgánica ha sido decorado el lugar.
Completando la ecuación, Javier y su esposa tienen tres hijos, uno cada tres años, como alineados con algún patrón natural de cosechas. Según la permacultura, lo más natural debería ser seguir lo que nos apasiona por naturaleza, por lo que Javier no dudo en seguir una ola que lo llevo luego a tener un hogar, una familia y un bosque tropical desde el cual admirarla. Y es que Up In The Hill definitivamente demuestra no sólo que es posible emplear los principios de la permacultura para revertir procesos dañinos a los ecosistemas naturales, sino que además demuestra que seguir lo que nos apasiona puede ser el camino para alcanzar lo que soñamos e incluso más.
Te Felicito Javier! espero poder visitarte en algún momento abrazo grande amigo.
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